¿Qué es el diseño?
El diseño no es algo bonito. Tampoco es algo moderno. No es algo actual. El diseño es algo que funciona, algo que ha sido pensado. En definitiva, el diseño lo es todo. Algo que, desde su pensamiento y concepción, ha tenido al usuario en su punto de mira. Como usuarios no debemos aceptar los objetos por bonitos o feos. Tenemos que aceptarlos por funcionalidad, por uso, por práctico, por mensaje.
El diseño en nuestros días
A diario estamos relacionados con el diseño, aunque no nos demos cuenta. El diseño está en cualquier parte, el diseño lo es todo. Todo lo que comprende desde la necesidad hasta la solución. Un interruptor es algo que usamos a diario. A nuestra disposición existen miles de diseños, diferentes en formas, colores, carcasas, modo de uso, materiales, etc. A pesar de no ser expertos en interruptores eléctricos, simplemente con mirar uno sabremos si es bueno o malo. ¿Cómo lo sabemos? Porque uno parece más resistente que otro y tiene mejores materiales. También es verdad que puede parecerlo y no serlo, pero esto será un fallo de diseño. El que sea resistente será un acierto de diseño. No sólo de estética vive el diseño, también se diseña la funcionalidad.
Affordances para el buen diseño | CoolMaison
En otras ocasiones, vemos objetos que nos atraen visualmente, bien por sus colores o sus texturas, en la mayoría de los casos. Inmediatamente nos preguntamos, ¿Esto qué es? O ¿Esto para qué sirve? Pues bien, el hacernos esas preguntas es también un fallo de diseño. El diseño nació para aplicar requerimientos funcionales, estéticos y simbólicos a nuestras necesidades. Nació para que los objetos que nos ayudan a nuestras necesidades diarias cumplan con su cometido. Con lo cual, ¿No os parece absurdo crear por crear? Es muy impersonal y banal crear objetos sin sentido, sin justificación, sin un fin, sin una necesidad previa.
El mal diseño también es culpable de generar necesidades. Es por ello que se crean objetos sensoriales, objetos que juegan con la psicología para evitar frustraciones de su usuario final.
Gracias a una correcta aplicación del diseño hemos vuelto a valorar lo útil, a tener aquello que completa nuestra rutina en lugar de complicárnosla. Necesitamos objetos que nos hagan sentir, que se correspondan con nuestra personalidad. Porque para ello hemos sido los protagonistas de sus procesos de creación.